Queridos absurdos;
Ayer Salamanca amaneció con este titular propio de un absurdo de los pies a la cabeza: “Soy un picapedrero de la escena más que un animal de teatro”. Alfonso Mendiguchía dixit para el periódico salmantino, La Gaceta.
Eso dice él de sí mismo en una entrevista de una página y a todo trapo, aunque nosotros pensamos que también es un animal escénico y un animal dicho sea de paso, trabajando. Porque otra cosa no, pero todos los integrantes de esta absurda banda somos absurdamente currantes .
Nos alegra enormemente que se le quiera y se reconozca tanto su trabajo en una ciudad a la que él ama absurdamente. Y es que si hay un sitio en el que se valora el trabajo de nuestro absurdo compañero, es Salamanca.
Esta ciudad ha sido testigo de sus primeros y absurdos pasos en el mundo de la interpretación y sigue muy de cerca su trayectoria profesional apoyándole continuamente en todo aquello que se propone. En Salamanca lo conocen bien y saben que lleva toda una vida dedicada a una pasión, el teatro.
Salamanca y Mendiguchía, Mendiguchía y Salamanca; tanto monta, monta tanto. Dos nombres siempre unidos, que ha hecho que Los Absurdos tengamos una constante presencia en esta preciosa ciudad.
Nos alegramos por nuestro absurdo compañero y por esta bonita ciudad porque de esta absurda unión han salido trabajos tan absurdos como bonitos: La Cueva de Salamanca, Las Llaves de la ciudad o Mi nombre es Teresa.
Por cierto, que mañana estamos allí. ¿Para qué? Este sábado os enteraréis…
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado
About LOS ABSURDOS TEATRO
#SOYABSURDO: DEMENTE QUE APUESTA POR EL CAMINO CURVO.
LOS ABSURDOS TEATRO nace a principios de 2010 casi de casualidad, casi de puntillas, casi sin darnos cuenta y sin casi nada, ni siquiera ropa. ‘Desnudo, nadie es perfecto’, pre-estrenado en Madrid y estrenado oficialmente en el teatro Zorrilla de Valladolid, supone el inicio de un viaje incierto, desconocido y despojado de casi todo, pero que nos lleva a levantar el telón casi 400 veces.
400 funciones que, como aquellos 400 golpes para Truffaut, nos incitan irremediablemente a seguir caminando por donde apenas hay vereda, a sembrar donde apenas hay campo, a buscar donde apenas se ve y, sobre todo, a luchar –luchar mucho- de cuando en cuando contra gigantes, de cuando en cuando contra molinos. Algunas veces –las menos- con una mirada preclara de los pasos a seguir y otras –las más- siguiendo la más elemental de las herramientas para aprender: equivocarse.
Y en esa odisea por el abrupto sendero de la equivocación, además de una buena cosecha de pasos en falso, creemos haber encontrado algunas pepitas de oro que son la brújula de nuestro trabajo.
Una puesta en escena limpia y precisa, con los elementos justos y necesarios para hacer montajes muy ágiles, rápidos, en los que las conversaciones y los pensamientos se cruzan del mismo modo en que se cruzan por la vida, sin pedir permiso. Del mismo modo en que se cruzan en un folio la prosa y el verso, con un simple cambio de renglón. Del mismo modo en que la cuarta pared aparece y desaparece y los personajes se abrazan y distancian del público, con un simple guiño.
Y todo esto lo pretendemos hacer a través de nuestro imaginario, de nuestra visión expresada en nuestras propias palabras. Textos propios que conforman nuestro propio universo. Un universo que nos lleva a buscar en cada montaje –quizá de forma necia, pero siempre divertida- la lente de aumento más adecuada a nuestra mirada autocrítica con el fin de encontrar el famoso punto sobre la i. Y así nos hemos visto colocando el punto sobre la i de la incongruencia (diosa absurda donde las haya); sobre la i de la idiotez (el virus más mortífero y contagioso que jamás haya existido); sobre la i de la injusticia (ese gran mantra que está en la base de este maltrecho mundo); sobre la i de la incompetencia (en la que posiblemente hayamos caído varias veces).
Nuestro auténtico reto es mostrar dramas sin caer en dramatismos; plantear dudas sin imponer soluciones; sacar sonrisas sin buscarlas. En definitiva, buscamos que la gente se divierta y que además piense y se emocione y reflexione y al tiempo se abandone y simplemente disfrute. Y que, además, nos quieran. Mucho, que nos quieran mucho. Y los programadores que nos contraten. Mucho, que nos contraten mucho.
En total, Los absurdos teatro somos una compañía que cuenta con una vida de 10 años y más de 2000 representaciones.
Seis montajes de sala para adultos, dos infantiles, además de varios montajes de dinamización de lugares patrimoniales y un buen número de propuestas ‘de calle’.
Sin más, ¡Bienvenidos, absurdos!
Alfonso y Patricia
View all posts by LOS ABSURDOS TEATRO →
Estoy ansioso por saber qué vais a hacer en Salamanca. Espero noticias… y la entrevista ¡fantásticamente absurda!