Ayer no era nuestra primera vez, pero estábamos nerviosos como el primer día. Aunque no se nos puede tachar de miedosos, al ver el micrófono tan cerca, nuestras gargantas se cerraron. También, hemos de explicar, que empezamos de buena mañana. Que las 11 no son horas para empezar a cantar. Y claro, pasó lo que ya nos veníamos temiendo, los gallos salían a borbotones. Menos mal que Julio, nuestro técnico, músico y amigo, tiene más paciencia con nosotros que el Santo Job. (Expresión muy de nuestras madres). Finalmente, le echamos agallas y está todo listo y retocado para que podáis disfrutar de nuestras cálidas y aterciopeladas voces este domingo en La isla de las luciérnagas. Recordad, a las 18:00 horas en La Escalera de Jacob.ImagenImagenImagen